Los riñones son considerados los órganos que más trabajan a nivel corporal, junto al corazón y al hígado.
Cuando los riñones dejan de realizar su función con normalidad durante unos días o semanas se clasifica como insuficiencia renal aguda.
Si este problema se convierte en duradero y prolongado durante meses ya lo entendemos como insuficiencia renal crónica.
Los riñones son los encargados de filtrar la sangre limpiándola de toxinas, residuos y deshechos que se van acumulando en nuestro organismo a través de la orina.
A priori no tiene unos síntomas muy evidentes por lo que en la mayoría de los casos cuando se diagnostica ya está muy avanzada la enfermedad.
Lamentablemente los casos de insuficiencia renal crónica son irreversibles.
Causas
No está del todo claro cuáles pueden ser las causas que originan el fallo renal.
La función de los riñones puede sufrir cambios como consecuencia a otras enfermedades tales como tumores, diabetes, enfermedades autoinmunes como lupus o VIH, sufrir hepatitis B o C y problemas de estrechez en la arteria renal, después de un trasplante.
Otra causa puede ser como efecto secundario de fármacos o tratamientos de otras patologías.
También hay que tener en cuenta los antecedentes familiares y hereditarios.
Tratamiento
Los tratamientos a seguir dependerán del estado en el que se encuentre la enfermedad.
Ciertos cambios en tu alimentación ayudarán a que no se acumulen más toxinas en exceso en tu cuerpo, residuos que tus riñones no podrían eliminar correctamente.
Deberás restringir el consumo de proteínas, así como de sodio y potasio.
Habrá que tener controlados los niveles de fósforo y calcio.
Tendremos que intentar mantener el peso saludable con la alimentación equilibrada para evitar los problemas consecuentes de la pérdida de peso.
- Proteínas: Las proteínas generan muchos deshechos que los riñones en mal estado no podrán eliminar. Debes tomar la mitad o menos de carne, pescado o huevos de lo que lo haría una persona sana, aunque esto dependerá de cada caso y habría que calcularlo para cada uno.
- Sodio: El líquido y sodio en exceso provoca hinchazón, inflamación, hipertensión, dificultad respiratoria. Evitar alimentos preparados, conservas, snacks, mariscos, y no añadir sal a las comidas.
- Potasio: Se encuentra en muchos alimentos habituales, sobre todo frutas y verduras. Si lo tomas en exceso y no lo eliminas correctamente podría llegar a provocar un ataque al corazón. Para controlar el aporte que consumes, es conveniente que utilices las verduras congeladas. Puedes dejar en remojo las verduras y legumbres antes de su cocinado e incluso cocerlas dos veces.
- Fósforo y Calcio: Unos valores por encima de lo normal de fósforo hará que se debiliten los huesos, ya que extraerá el calcio de ellos. El exceso de éstos se acumulará en diferentes lugares del organismo como ojos, corazón, pulmones o vasos sanguíneos. Evita los productos lácteos. Si no tienes problemas de colesterol o triglicéridos elevados será mejor que los que tomes sean enteros o semidesnatados ya que contienen menos cantidades de fósforo que los desnatados. Las nueces y los granos integrales también son ricos en éste mineral así como el cacao, cerveza y refrescos de cola.
La Diálisis
La ingesta de líquidos también variará y será diferente en cada caso, dependiendo de si necesitas diálisis o no.
Si no acudes a diálisis el consumo podría rondar el 1,5litro de agua diario.
En el caso que si te estés sometiendo al tratamiento de diálisis sería aconsejable que no superases el litro.
Aunque, al igual que con la alimentación, habrá que adaptar personalmente la cantidad necesaria y siempre teniendo muy presente la cantidad y aspecto de la orina que eliminamos. Si necesitas la ayuda de un nutricionista cualificado contacta ahora con nosotros.
La diálisis es el tratamiento médico al cuál se somete el paciente en un estado ya bastante avanzado de insuficiencia renal.
Es un proceso que hay que realizar unos tres días a la semana durante cuatro o cinco horas.
En ése período de tiempo la máquina te “limpia” la sangre. La va filtrando y se van extrayendo las toxinas y el exceso de agua de la sangre.
El inconveniente es que elimina sustancias buenas a la vez que las malas. Por lo que es sumamente importante que tengas una buena alimentación para mantener los niveles de electrolitos, minerales y líquidos correctamente.
Es muy importante que sigas las pautas dietéticas establecidas a tu caso concreto, ya que como hemos comentado antes es necesario conocer el grado de insuficiencia así como la edad o los tratamientos que estés siguiendo.
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